El descrédito del sistema universitario español

Los casos Cifuentes, Casado y Sánchez han contribuido al descrédito general que se cierne sobre el sistema universitario español. Un problema de clientelismo, prácticas corruptas y connivencia con el poder heredado de la dictadura y que reaparece con el Plan Bolonia y la progresiva privatización en el sector de la formación superior.


Documento completo: Lee la polémica tesis de Pedro  Sánchez     El chiste me lo pasó a través del móvil un amigo hace unos días. Consistía en un corte de una secuencia de una conocida serie de animación de humor para adultos, cuyo doblaje había sido alterado para así dar forma al chascarrillo. La escena muestra la cabina de un avión con todos los pasajeros tranquilamente acomodados en sus respectivos asientos, hasta que una voz por megafonía anuncia: "señores pasajeros, les informamos que el piloto del vuelo se ha sacado el título en la Universidad Juan Carlos I". Y claro, al escuchar semejante anuncio, se desatan el pánico y la histeria en la cabina del pasaje. Todo y que no deja de ser el típico vídeo-chistecillo que se hace viral difundiéndose de teléfono en teléfono, tras él subyace un sentir general tras los últimos escándalos políticos relacionados con el mundo universitario. Es la percepción de que la obtención de títulos en determinadas universidades, en especial másteres, es algo muy poco serio, casi como si dichos títulos se repartieran como en una rifa de feria, lo cual no acredita ni de lejos a sus poseedores de la formación necesaria para desempeñar cualesquiera funciones relacionadas. Supone, al fin y al cabo, un descrédito general hacia el sistema universitario de nuestro país, que debería ser uno los pilares fundamentales en los que se asiente cualquier futuro de prosperidad y progreso.

Enemigos de la democracia

Los enemigos de la democracia parecen multiplicarse por todos lados. Es un fenómeno que indudablemente lleva afectando a Occidente desde hace años, a medida que la reacción ultraliberal impulsada por las élites degenera en el auge del populismo xenófobo, nacionalista y, por qué no decirlo, incluso fascista.


Left: Businessman/politcal activist David Koch attends the 2014 Wildlife Conservation Society Gala at Central Park Zoo on June 12, 2014 in New York City. (Photo by Stephen Lovekin/Getty Images)
En la imagen los hermanos David y Charles G. Koch. Existen además
otros dos, Bill y Frederick R. Koch. 
     Ésta es una de esa noticias que difícilmente veremos en la mayoría de medios, pero que precisamente por eso denuncia una contrarreforma que, de salir adelante, afectaría a la salud democrática de los Estados Unidos y, por extensión, del resto de Occidente. La noticia en cuestión aparecía en el diario digital Nueva Tribuna y nos habla entre otras cosas acerca de la maniobras que llevan practicando desde hace un tiempo los Hermanos Koch, oligarcas que hicieron fortuna con el petróleo y en la actualidad propietarios de uno de los conglomerados empresariales más potentes de Norteamérica, al tiempo que unos conocidísimos ultraconservadores que desde siempre han financiado generosamente a las alas más reaccionarias del Partido Republicano ¿Qué es lo que pretenden estos sujetos de espaldas a la mayoría de la sociedad estadounidense? Básicamente derogar la decimoséptima enmienda a la Constitución de ese país, que en su momento instauró un sistema de elección directa mediante votación popular para el Senado, eligiéndose así dos senadores por cada estado hasta el total de un centenar que componen la cámara. De esta manera se volvería a la situación anterior a 1913, cuando se aprobó la citada enmienda, y los senadores eran elegidos por las gobernaciones de cada estado circunvalando así la voluntad popular.