Los enemigos de la democracia parecen multiplicarse por todos lados. Es un fenómeno que indudablemente lleva afectando a Occidente desde hace años, a medida que la reacción ultraliberal impulsada por las élites degenera en el auge del populismo xenófobo, nacionalista y, por qué no decirlo, incluso fascista.
![Left: Businessman/politcal activist David Koch attends the 2014 Wildlife Conservation Society Gala at Central Park Zoo on June 12, 2014 in New York City. (Photo by Stephen Lovekin/Getty Images)](https://d3i6fh83elv35t.cloudfront.net/newshour/app/uploads/2014/08/Koch_brothers-1024x684.jpg) |
En la imagen los hermanos David y Charles G. Koch. Existen además
otros dos, Bill y Frederick R. Koch.
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Ésta es una de esa noticias que difícilmente veremos en la mayoría de medios, pero que precisamente por eso denuncia una contrarreforma que, de salir adelante, afectaría a la salud democrática de los Estados Unidos y, por extensión, del resto de Occidente. La noticia en cuestión aparecía en el diario digital
Nueva Tribuna y nos habla entre otras cosas acerca de la maniobras que llevan practicando desde hace un tiempo los
Hermanos Koch, oligarcas que hicieron fortuna con el petróleo y en la actualidad
propietarios de uno de los conglomerados empresariales más potentes de Norteamérica, al tiempo que unos conocidísimos ultraconservadores que desde siempre han financiado generosamente a las alas más reaccionarias del Partido Republicano ¿Qué es lo que pretenden estos sujetos de espaldas a la mayoría de la sociedad estadounidense? Básicamente
derogar la decimoséptima enmienda a la Constitución de ese país, que en su momento instauró un
sistema de elección directa mediante votación popular para el Senado, eligiéndose así dos senadores por cada estado hasta el total de un centenar que componen la cámara. De esta manera se volvería a la situación anterior a 1913, cuando se aprobó la citada enmienda, y los senadores eran elegidos por las gobernaciones de cada estado circunvalando así la voluntad popular.