Lecciones de la Historia. Angkor Wat.

Angkor fue una de las ciudades más grandes y espectaculares de la era preindustrial. Sin embargo, poco tiempo después de alcanzar su apogeo, quedó por completo abandonada ¿Qué fue lo que sucedió? 


        Angkor Wat es uno de los grandes tesoros arquitectónicos del mundo, ubicado en el corazón de Camboya, este templo hinduista está considerado la mayor estructura religiosa jamás construida por el ser humano. Cada año alrededor de un millón de turistas acuden desde todos los rincones del planeta para admirar su magnificencia y sus sublimes bajorrelieves que recrean pasajes mitológicos de leyendas hindúes. Cualquiera que quiera saber más acerca de sus maravillas tan solo tiene que visitar alguna de las muchas páginas web sobre viajes en la que haya un apartado que trate de Camboya, pues ésta es con diferencia su imagen más icónica. Lo que muchos de esos turistas, que allí acuden en viajes organizados para hacerse las inevitables fotos que demuestran dónde han estado, no saben es que el templo de Angkor Wat es el vestigio arqueológico más visible de una realidad mucho más fascinante y asombrosa que solo ahora estamos empezando a conocer en toda su magnitud. Y es que éste es solo uno más de los cientos de templos y monumentos que en su día se alzaron en la grandiosa ciudad sagrada de Angkor, la capital del imperio jemer, un estado que existió en el sudeste asiático entre los siglos IX y XV de nuestra era.


         A lo largo de sus más de seis siglos de historia este reino se fue expandiendo progresivamente a costa de sus vecinos, convirtiéndose en la potencia dominante de la región, al tiempo que adoptaba la religión hindú como culto oficial. El ascenso del imperio jemer vino acompañado asimismo de la expansión de su capital, emplazada en la llanura de Angkor y que actualmente es conocida con ese mismo nombre. La ciudad creció y creció, ampliándose en torno a las planicies selváticas circundantes, hasta alcanzar un tamaño realmente sorprendente que los arqueólogos han podido estimar únicamente gracias al empleo de satélites y fotografías aéreas. Se piensa que en su época de máximo esplendor Angkor tenía una población próxima al millón de habitantes y ocupaba una extensión comparable a la de toda el área metropolitana de Nueva York. Esto la convierte en la mayor urbe de la era preindustrial, rivalizando con la Roma imperial, el Bagdad del califato abasí o Chang´an (la actual Xi´an), la capital del imperio chino en la época de la dinastía T´ang. Este esplendor coincide a su vez con el apogeo del imperio jemer en el siglo XII, entre los reinados de Suryavarman II (que inició la construcción del templo de Angkor Wat) y Jayavarman VII, que ampliaron las fronteras para dominar la mayor parte del sudeste asiático (ver mapa). Por entonces su reino se extendía por casi toda Indochina, Tailandia y parte de Birmania y Malasia. Gracias a esto los soberanos jemeres, y la élite sacerdotal que controlaba los templos, fueron capaces de acumular una cantidad inimaginable de riquezas en la forma de metales preciosos, gemas, perlas y tesoros de diversa índole.

         ¿Cómo pudieron los habitantes de la antigua Camboya construir una ciudad tan inmensa repleta de templos tan grandiosos? La respuesta es simple, gracias a su dominio del agua. Originalmente la llanura de Angkor estuvo ocupada por espesas junglas que se inundaban tras las lluvias monzónicas estacionales. Los jemeres construyeron una extensísima red de canales y embalses para poder gestionar toda esta agua, de tal forma que podían evitar las inundaciones, abastecer las crecientes extensiones dedicadas al cultivo de arroz y acumular las reservas hídricas durante la estación seca. Se trata de un auténtico prodigio de la ingeniería hidráulica sin precedentes hasta ese momento, pues la red de canales alcanzó una longitud total de unos 1.000 kilómetros y algunos de los mayores embalses (denominados barays) eran estructuras rectangulares de hasta 7,8 por 2,1 kilómetros capaces de acumular una cantidad inimaginable de agua.

         Sin embargo, poco después de alcanzar su apogeo, el imperio jemer y su espectacular capital entraron en declive y terminaron colapsando. Su fin llegó a mediados del siglo XV, tras sucumbir el reino a las invasiones birmanas y tailandesas, tras lo cual Angkor fue abandonada y cayó lentamente en el olvido ¿Qué sucedió para que una civilización tan prodigiosa terminara derrumbándose en poco más de un siglo? Una vez más la respuesta está en el agua. Para poder construir su gran capital y todos los asentamientos circundantes, además de las plantaciones de arroz necesarias para alimentar a una población en expansión, los jemeres tuvieron que deforestar la práctica totalidad de la llanura de Angkor, así como seguramente también otras regiones limítrofes. La masa forestal actúa como una inmensa esponja natural que absorbe el agua, al calor del día la evapotranspiración de los árboles devuelve esa humedad a la atmósfera para generar más lluvia, de tal forma que el sistema funciona como un ciclo cerrado que se autorregula. Sin árboles dicho ciclo se interrumpe y las lluvias se vuelven cada vez más escasas, incluso durante el monzón, además de tornarse torrenciales e imprevisibles. Estos violentos aguaceros erosionan los suelos, arrastrando la capa fértil de los mismos, lo cual hace que se vuelvan poco aptos para la agricultura y muy especialmente para un cultivo como el arroz, del que dependían casi por completo los jemeres en aquella época. La erosión del suelo se agrava asimismo a causa de la deforestación, ya que la vegetación natural constituye el anclaje principal de la capa fértil.

        Y esto fue en última instancia lo que propició el declive de Angkor. Su prodigioso sistema hidráulico no estaba diseñado para afrontar una crisis climática como la que sobrevino hacia el siglo XIV. La escasez de lluvias arruinaba las cosechas un año tras otro sin que los grandes embalses pudieran acumular una cantidad de agua suficiente. Pero más grave todavía fue el hecho de que el considerable arrastre de sedimentos provocado por las precipitaciones torrenciales terminara cegando los canales y hasta incluso algunos embalses. Tras varias décadas bajo estas condiciones la red hídrica de Angkor perdió toda su original eficiencia, sencillamente el coste de limpiarla y mantenerla en condiciones de funcionamiento resultó insostenible. Los habitantes de la ciudad tiraron la toalla y abandonaron su mantenimiento. Perdido el control sobre el agua Angkor terminó viniéndose abajo unas décadas más tarde y la población se vio obligada a marcharse. En esta misma época se produjo un cambio religioso y de pensamiento, los jemeres abandonaron el culto al hinduismo y sus monumentales manifestaciones, por el budismo therevada, más introspectivo y minimalista. En cierto sentido aprendieron la lección que la crisis les había dado y buscaron fórmulas para convivir mejor con su entorno. La monumental Angkor quedó allí, convertida en ruinas, hasta que al fin la selva reclamó su legitimo dominio y terminó devorándola, pues ninguna obra del ser humano, por colosal que sea, podrá vencer jamás al paso del tiempo.

                                                                                                                  Artículo escrito por: El Segador

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2 comentarios:

  1. Muy buen post me parece muy triste como una civilización como esta cayera en declive en tan poco tiempo y se abandonara tan bella ciudad, pero así son los ciclos de la naturaleza, todo tiene un inicio, un apogeo y un final. Por cierto yo comparto un link a otros errores científicos de la humanidad http://zibertronicos.blogspot.com/2013/04/historia-de-la-ciencia-13-grandes-errores.html

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  2. Precioso artículo, si no te importa vamos a enlazarte desde nuestro foro: http://www.forovietnam.com

    Un saludo
    Vietnamitas en Madrid

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