La "rat race" en que consiste la vida en las sociedades capitalistas se basa en valores cuya vigencia podría perder fuerza para una juventud sin futuro castigada por la falta de oportunidades.
sociedad capitalista: rat race, una carrera de ratas. Con este sintagma los anglosajones se refieren a la abnegación personal, a la renuncia a uno mismo y a los propios sueños para plegar la vida personal a las exigencias marcadas por el sistema.
A menudo nos comportamos como ratas en una alocada carrera, pensando constantemente en la carrera profesional, en la empleabilidad, en cómo perfeccionar nuestro curriculum, en cómo ser más productivos. Desde la infancia nos enseñan a competir, a exigirnos cada vez más, a no conformarnos con poco en lo referente a los estudios y el futuro profesional. Por fin salió la palabra, el futuro. Decía Agustín García Calvo que la preocupación por el futuro define la identidad de los seres humanos en las sociedades occidentales postindustriales, la nuestra.
Y no le faltaba razón. A lo largo del día, hay siempre un hueco en nuestra conciencia, normalmente mucho más que un hueco, para ensoñaciones, planes, propósitos de mejora, revisiones de uno mismo con ánimo de superarnos, autocríticas pesadas, neurosis. El futuro siempre está ahí, usurpando terreno al presente: un futuro colonialista.
La juventud europea está, en lineas generales,
totalmente moldeada por este hábito mental. Su trayectoria vital,
académica y profesional así lo demuestra: estudios primarios, secundarios y
superiores, pensando en el futuro; estudios de postgrado, másters,
idiomas, para mantenerse en la rat race; prácticas no remuneradas,
trabajo precario como becario, inestabilidad laboral después, y cuando por fin
la cosa empieza a aclararse y parece que uno podrá ingresar en la ansiada clase
media para construir su vida familiar y personal de ensueño, zas, la crisis.
A pesar de las frustraciones acumuladas y el tortazo que
suponen las tasas de desempleo es sorprendente comprobar que el resorte
del futuro todavía te impulsa de vuelta a la carrera de ratas. Sigue ahí, en tu
interior. Es quien te dice: ahora un cursito para reciclarte, otro idioma,
emprende, algo de informática. Lo has hecho todo por el sistema y el sistema no ha cumplido tus expectativas, pero sigues pensando en él, en lo que podrás conseguir,
en lo que tiene que ofrecerte. Estamos raptados, arrebatados, hipnotizados, alienados...
Las ciencias sociales nos presentan la crisis como algo que
depende de factores que nos trascienden, pero toda realidad es también una
realidad percibida por el ser humano. Tenemos que volvernos hacia nosotros
mismos, hacia nuestro modo de percibir el mundo y urgar en nuestro interior
para empezar a superar la crisis desde dentro, librerándonos de
engaños, transformándonos, "reeducándonos" como decía el sabio Jose Luis
Sampedro. (Por cierto, se te echa mucho de menos).
Y un elemento importante a reeducar es ese resorte de
futuro, esa huida hacia adelante, ese espíritu-de-burro-que-corre-tras-la-zanahoria-atada-a-la-caña-de-pescar-del-carretero. Es este impulso
temeroso el principal obstáculo para frenar la tensa carrera competitiva,
disfrutar del presente, contemplar la vida como algo pleno de sentido,
entregarnos a una realización plena como seres humanos integrales. Si
derrumbamos ese muro interior, iniciamos un camino hacia la autenticidad, el
disfrute de los demás y de uno mismo. En ese punto minúsculo de nuestra
conciencia se decide si somos ratas en una carrera, y que me perdonen las
ratas, o seres humanos libres.
Artículo escrito por Sebastián Goldsmith.
Muy buena tu descripción de la carrera de ratas, yo siempre me he asociado el ritmo absurdo de la vida con un ratón de laboratorio corriendo en la rueda sin parar. Gracias por tu comentario en http://www.noeslomismo.org/2013/06/mercado-de-trabajo-financiarizado-y-su.html?m=1
ResponderEliminarUn saludo Sebastián Goldsmith
Rober Gonpane
www.noeslomismo.org