Algunas cosas que quizá te interese saber, pero de las que no se habla tanto como debiera.
Evolución del Fondo de Reserva desde que se iniciara la crisis, incluyendo la previsiones para finales de este año y el siguiente. El gráfico muestra la acusada caída en las reservas acumuladas (Fuente: gurusblog.com). |
1. Las políticas de empleo del Gobierno están exprimiendo el Fondo de Reserva de las pensiones. Una vez más nos desayunamos estos días con la fanfarria triunfalista del Partido Popular y el Gobierno, ambos con la vista puesta en las elecciones generales que presumiblemente han de celebrarse antes de fin de año. La propaganda se repite incansable y amplificada en todos los medios, "salimos de la crisis", "España ha entrado en la senda del crecimiento y la recuperación económica es sólida", "nuevamente se vuelve a generar empleo y el paro desciende mes tras mes". Sin embargo, más allá de todo este fingido triunfalismo con fines propagandistas, una serie de datos despiertan una más que justificada preocupación si los analizamos debidamente.
Uno de ellos es el estado del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, conocido popularmente como la "Hucha de las Pensiones", que no ha parado de contraerse desde 2011. De hecho, desde 2012 el actual Gobierno no ha hecho otra cosa que echar mano de dicho fondo para tratar de cubrir otros déficits, lo que la he permitido hasta ahora estar al corriente de todos los pagos (salarios a funcionarios, pensiones, la deuda y sus intereses...). Antes de la llegada del señor Rajoy tocar esta hucha era casi un tema tabú, puesto que se incurría en un riesgo demasiado grande, no es esta la función para la cual fue creada. Pero los populares no han tenido el menor reparo a la hora de destripar el Fondo, sólo en 2014, y ya con la cantinela de que estábamos saliendo de la crisis y todo iba de maravilla, se extrajeron 15.300 millones de € y, en lo que va de año, ya se han sacado otros 3.750 millones. Eso sin contar con que el gran hachazo vendrá en diciembre cuando toque cuadrar cuentas. Y es más, de seguir así las cosas, para el año próximo 2016 se habrán consumido casi la mitad de las reservas acumuladas en los cuatro años anteriores.
Si todo va tan bien como nos dicen, ¿por qué no paran de sacar dinero de la Hucha de las Pensiones? El problema está en el modelo de creación de empleo propugnado por el Partido Popular: salarios bajos, empleos precarios y de mala calidad, muchísima temporalidad y necesidad de recurrir a bonificaciones para que las empresas contraten más. Todo esto ha hecho que, mientras las afiliaciones a la Seguridad Social han aumentado un 3,2% en el último año, los ingresos sólo se hayan incrementado un exiguo 0,8%. Sí, los datos del empleo son positivos y cuadran en las estadísticas propagandísticas del Gobierno, pero sigue saliendo más dinero de la hucha que el que entra. Puede que Rajoy y sus acólitos se las prometan muy felices con un país repleto de camareros, mozos de reparto y limpiacristales que cobran por horas, pero su chapucero modelo es a todas luces insostenible.
2. Los casos de cantantes y grupos vetados, o a los que no se ha permitido actuar en conciertos y festivales, no son raros en España. Esta semana ha tenido gran repercusión mediática, incluso a nivel internacional, el caso del cantante judío norteamericano conocido como Matisyahu, incluido inicialmente en el cartel del festival Rototom Sunsplash de Benicàssim, excluido después por sus controvertidas opiniones en relación al conflicto palestino-israelí (ha defendido la Ocupación de Cisjordania en repetidas ocasiones, por ejemplo), y vuelto a readmitir finalmente tras la presiones que los organizadores del festival han recibido desde múltiples frentes. Más allá de la polémica en torno al personaje en cuestión y lo dañada que haya podido quedar la imagen del Rototom por su manera de gestionar el asunto, lo que múltiples medios, especialmente conservadores y de corte neoliberal, han querido poner de relieve es que se trataba de un flagrante caso de discriminación por motivos ideológicos, e incluso religiosos, así como un atentado a la libertad de expresión.
Parece ser que eso de vetar cantantes y grupos musicales por determinados motivos es algo verdaderamente excepcional en este país, como si un caso como el de Matisyahu no hubiese ocurrido por estos lares desde los tiempos de la dictadura ¿De verdad no ha sido así? Por desgracia nada más lejos de la realidad, puesto que ejemplos de cosas así ha habido muchos en los últimos tiempos sin que ninguna campaña de presión convenientemente amplificada por los medios haya impedido que determinados artistas fueran vetados. Como es bien sabido cualquier cosa que huela a vasco siempre resulta sospechosa más allá de las fronteras de Euskadi, y si no que se lo digan a la banda vitoriana Soziedad Alkoholika, que no pudo actuar el pasado 14 de marzo en el Palacio de Vistalegre de Madrid porque el gobierno municipal presidido por Ana Botella no se lo permitió aduciendo "peligro de alteración del orden público". No es la primera vez que les pasa, ya que el grupo ha tenido problemas similares a lo largo de los últimos cinco años, pues distintas salas cancelaron sus actuaciones debido a las presiones recibidas. En la misma línea de criminalizar todo lo vasco, incluso la música, nos encontramos con los numerosos problemas que, a la hora de actuar, ha tenido el cantante Fermín Muguruza. El antiguo integrante de la mítica banda Kortatu, nave insignia de la "movida radikal" vasca de los 80, ha sido vetado en numerosas ocasiones en plazas como Madrid, Irún (¡su pueblo natal y donde reside!) o Valencia por lo comprometido de sus letras, que obviamente resultaban molestas para los gobiernos locales de turno (al respecto ver el siguiente vídeo de eitb.eus). Algo parecido le ha sucedido a los raperos valencianos Los chikos del maíz, que por ejemplo no pudieron actuar el año pasado en Getafe por motivos similares o incluso al heterodoxo cantautor Albert Pla, cuando declaró que "le daba asco ser español". Por lo visto la libertad de expresión sólo vale para algunos, especialmente si están arropados por el lobby sionista. Nada oiremos en los principales medios en relación al veto a los demás artistas mencionados, una muestra más de su descarado servilismo e hipocresía.
3. El que iba a ser el mayor centro financiero de China se encuentra muy próximo a la zona portuaria de Tianjin que se ha visto sacudida por unas potentísimas explosiones el pasado 12 de agosto. El distrito de Yujiapu, también llamado coloquialmente como el "Manhattan chino", es un área en proceso de construcción ubicada junto a la zona portuaria de la ciudad de Tianjin. El gobierno de la gran potencia asiática tenía previsto convertirlo en el principal centro financiero del país, rivalizando con las plazas de Wall Steet o la City londinense, a pesar de los problemas habidos a lo largo de los últimos meses que incluso llegaron a paralizar muchas de las obras previstas y que habían convertido el lugar en una especie de ciudad fantasma.
A partir de aquí algo para alimentar todo tipo de teorías de la conspiración, ya que la madrugada del pasado 12 de agosto tuvieron lugar en una área de almacenamiento muy próxima a dicho distrito unas potentísimas y espectaculares explosiones que han dado la vuelta al mundo. Tanto es así que la potencia calculada de una de ellas ronda los 21 kilotones, ¡tanto como la de la bomba arrojada sobre la ciudad de Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial! Los muertos, heridos y desaparecidos se cuentan por centenares (si es que no son muchos más), la zona parece haber quedado fatalmente contaminada por todo tipo de sustancias altamente tóxicas y las autoridades han reaccionado decretando la ley marcial, imponiendo una férrea censura, militarizando el emplazamiento e impidiendo el acceso de periodistas al área del siniestro. Sabemos que China es todavía un país regido por un gobierno totalitario que no respeta las libertades ni los derechos humanos, pero la reacción parece demasiado exagerada incluso para sus estándares de tratarse sólo de un simple accidente, por muy bestial que éste haya sido. Resulta evidente que algo tratan de ocultar pero, ¿el qué exactamente? Una primera lectura diría que sus propias vergüenzas, su incompetencia y falta de previsión por permitir que una tragedia así haya tenido lugar, reuniendo todos los factores necesarios para desencadenar el desastre (toneladas de productos peligrosos almacenadas sin las debidas medidas de seguridad, personal de emergencias inexperto y sin una adecuada preparación, corrupción y tratos de favor...).
Sin embargo volvamos a lo del distrito de Yujiapu ¿Es casualidad que semejante desastre haya tenido lugar justo al lado de lo que podría ser un nuevo gran centro financiero mundial? ¿Es casualidad también que haya sucedido precisamente ahora?, con la economía china en proceso de desaceleración, las turbulencias en los mercados financieros, las devaluaciones del yuan amenazando con una guerra de divisas a escala mundial y las tensiones geopolíticas, e incluso militares, entre China y Estados Unidos (en las que también se ve envuelta Rusia). Algunos han visto en las explosiones del puerto de Tianjin un acto de sabotaje o incluso una acción de guerra encubierta, señalando que Washington podría estar detrás de todo. A falta de pruebas contundentes todo queda en mera especulación conspiranoica, ¿o quizá no? Tal vez nunca lleguemos a saberlo, pero resulta interesante hacerse esta clase de preguntas.
4. Mientras tanto, las señales de que nos acercamos a un gran colapso económico global no paran de reproducirse. Dentro de poco las explosiones en Tianjin van a ser el menor de los quebraderos de cabeza para las autoridades chinas. Este lunes las bolsas asiáticas entraron en modo pánico, arrastrando consigo al resto en una suerte de efecto contagio que quizá sólo sea el preludio de lo que está por venir. Muchos analistas ya lo venían advirtiendo desde hace tiempo, los procesos que condujeron al crash del 2007 se están repitiendo una vez más (ver la siguiente entrada en zerohedge, y eso que la noticia es de hace un año). Las señales no se limitan únicamente al actual desplome bursátil o al ya más que evidente frenazo de la economía china, si bien esto último nos afecta a todos. Por un lado la estratosférica deuda global, tanto pública como privada, sigue subiendo y subiendo mientras las autoridades monetarias (la FED, el BCE...) no paran de inyectar liquidez a los mercados para tratar de estimular la economía de manera artificiosa. Las máquinas de imprimir billetes están que echan humo, pero nada material respalda todo ese dinero.
A todo esto hay que unir el hundimiento de los precios de las materias primas y muy especialmente del petróleo, muy buen indicador este último de la marcada contracción de la economía productiva a todos los niveles. China ya no tira del carro como antes y eso se nota. Los grandes centros financieros son la brújula que indica el camino que vamos a seguir, como Wall Street, ya que las pautas de uno de sus índices, concretamente el Dow Industrials, están siguiendo el mismo patrón que durante las anteriores crisis, lo que indicaría la inminente llegada de un nuevo batacazo. A todo esto debe sumarse que el volumen de los intercambios comerciales a escala mundial se encuentra bajo mínimos, entrando incluso en números rojos (se reduce con respecto a periodos anteriores). Todo está interconectado. Menor cantidad de intercambios implica una reducción de la demanda, eso provoca un descenso en la producción de todo tipo de manufacturas y servicios, lo que se traduce en una disminución de la actividad empresarial y, por extensión, del empleo. Menos trabajo es sinónimo de menos ingresos para las llamadas "clases medias", el grueso de la población en los países desarrollados, lo que inevitablemente genera una caída en el consumo y, sin consumo, no se pueden estimular la producción y la demanda, con lo que sólo se puede recurrir al endeudamiento. Como se puede comprobar es la trampa de la pescadilla que se muerde la cola.
5. Cada 28 horas un negro o un hispano muere a manos de la policía en Estados Unidos, sin importar que sea hombre, mujer o niño. Casos como el de Michael Brown, Tayvon Martin o Sandra Bland, que apareció muerta en su celda en sospechosas circunstancias tres días después de su detención, ponen de relieve la arbitrariedad de la violencia policial contra las minorías raciales en Estados Unidos. La militarización de las fuerzas del orden en este país es un fenómeno creciente que no ha parado de intensificarse desde principios del presente siglo. Hoy por hoy la policía norteamericana cuenta con un impresionante arsenal de fusiles de asalto, ametralladoras, blindados, cañones sónicos, pistolas paralizantes, gases asfixiantes e incluso drones. Da la impresión de que estén librando una guerra sin cuartel dentro de su propio territorio.
Y así es en efecto. Están librando una guerra contra los elementos más vulnerables de la sociedad estadounidense, contra las minorías negra e hispana que se ven arrinconadas en los barrios marginales carentes de buenos servicios de las grandes metrópolis, contra cualquier forma de resistencia social organizada, ya sea pacífica o no, y en definitiva contra todo aquello que resulte medianamente molesto para las élites neoliberales que rigen el país. Desde esta perspectiva cualquier persona perteneciente a un estrato social bajo, muy especialmente si es negra, latina o un inmigrante en situación irregular, resulta automáticamente sospechosa y hay que actuar en consecuencia. Potencialmente cualquiera de ellos puede ser un atracador, un asesino, un violador o un traficante; una amenaza en definitiva para los "ciudadanos honrados", generalmente de raza blanca. No es una exageración, las recientes declaraciones del energúmeno ultraderechista Donald Trump, que aspira a ser el candidato republicano a la Casa Blanca, reflejan la opinión que se ha extendido entre una parte de la sociedad estadounidense, sobre todo entre aquellos que se encuentran en la cúspide de la misma. Siguiendo esta lógica, y contando con un ejército de matones de gatillo fácil patrullando las calles, no es de extrañar que acciones tan irrelevantes como no poner un intermitente a la hora de cambiar de carril en la autopista, tirar una colilla al suelo o permanecer en la calle a altas horas de la noche, puedan costarte la vida dependiendo del color de tu piel. Son las consecuencias de esta política de "dispara primero, pregunta después" que, con toda seguridad, va a continuar dejando un reguero de víctimas inocentes por todo Estados Unidos.
La imagen aérea del cráter provocado por las explosiones en el puerto de Tianjin da una idea de su magnitud (Fuente: EFE). |
A partir de aquí algo para alimentar todo tipo de teorías de la conspiración, ya que la madrugada del pasado 12 de agosto tuvieron lugar en una área de almacenamiento muy próxima a dicho distrito unas potentísimas y espectaculares explosiones que han dado la vuelta al mundo. Tanto es así que la potencia calculada de una de ellas ronda los 21 kilotones, ¡tanto como la de la bomba arrojada sobre la ciudad de Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial! Los muertos, heridos y desaparecidos se cuentan por centenares (si es que no son muchos más), la zona parece haber quedado fatalmente contaminada por todo tipo de sustancias altamente tóxicas y las autoridades han reaccionado decretando la ley marcial, imponiendo una férrea censura, militarizando el emplazamiento e impidiendo el acceso de periodistas al área del siniestro. Sabemos que China es todavía un país regido por un gobierno totalitario que no respeta las libertades ni los derechos humanos, pero la reacción parece demasiado exagerada incluso para sus estándares de tratarse sólo de un simple accidente, por muy bestial que éste haya sido. Resulta evidente que algo tratan de ocultar pero, ¿el qué exactamente? Una primera lectura diría que sus propias vergüenzas, su incompetencia y falta de previsión por permitir que una tragedia así haya tenido lugar, reuniendo todos los factores necesarios para desencadenar el desastre (toneladas de productos peligrosos almacenadas sin las debidas medidas de seguridad, personal de emergencias inexperto y sin una adecuada preparación, corrupción y tratos de favor...).
Sin embargo volvamos a lo del distrito de Yujiapu ¿Es casualidad que semejante desastre haya tenido lugar justo al lado de lo que podría ser un nuevo gran centro financiero mundial? ¿Es casualidad también que haya sucedido precisamente ahora?, con la economía china en proceso de desaceleración, las turbulencias en los mercados financieros, las devaluaciones del yuan amenazando con una guerra de divisas a escala mundial y las tensiones geopolíticas, e incluso militares, entre China y Estados Unidos (en las que también se ve envuelta Rusia). Algunos han visto en las explosiones del puerto de Tianjin un acto de sabotaje o incluso una acción de guerra encubierta, señalando que Washington podría estar detrás de todo. A falta de pruebas contundentes todo queda en mera especulación conspiranoica, ¿o quizá no? Tal vez nunca lleguemos a saberlo, pero resulta interesante hacerse esta clase de preguntas.
Gráfico que muestra la evolución de la deuda pública estadounidense a lo largo del último medio siglo. Resulta especialmente llamativo el espectacular incremento de la última década (Fuente: La Carta de la Bolsa). |
A todo esto hay que unir el hundimiento de los precios de las materias primas y muy especialmente del petróleo, muy buen indicador este último de la marcada contracción de la economía productiva a todos los niveles. China ya no tira del carro como antes y eso se nota. Los grandes centros financieros son la brújula que indica el camino que vamos a seguir, como Wall Street, ya que las pautas de uno de sus índices, concretamente el Dow Industrials, están siguiendo el mismo patrón que durante las anteriores crisis, lo que indicaría la inminente llegada de un nuevo batacazo. A todo esto debe sumarse que el volumen de los intercambios comerciales a escala mundial se encuentra bajo mínimos, entrando incluso en números rojos (se reduce con respecto a periodos anteriores). Todo está interconectado. Menor cantidad de intercambios implica una reducción de la demanda, eso provoca un descenso en la producción de todo tipo de manufacturas y servicios, lo que se traduce en una disminución de la actividad empresarial y, por extensión, del empleo. Menos trabajo es sinónimo de menos ingresos para las llamadas "clases medias", el grueso de la población en los países desarrollados, lo que inevitablemente genera una caída en el consumo y, sin consumo, no se pueden estimular la producción y la demanda, con lo que sólo se puede recurrir al endeudamiento. Como se puede comprobar es la trampa de la pescadilla que se muerde la cola.
5. Cada 28 horas un negro o un hispano muere a manos de la policía en Estados Unidos, sin importar que sea hombre, mujer o niño. Casos como el de Michael Brown, Tayvon Martin o Sandra Bland, que apareció muerta en su celda en sospechosas circunstancias tres días después de su detención, ponen de relieve la arbitrariedad de la violencia policial contra las minorías raciales en Estados Unidos. La militarización de las fuerzas del orden en este país es un fenómeno creciente que no ha parado de intensificarse desde principios del presente siglo. Hoy por hoy la policía norteamericana cuenta con un impresionante arsenal de fusiles de asalto, ametralladoras, blindados, cañones sónicos, pistolas paralizantes, gases asfixiantes e incluso drones. Da la impresión de que estén librando una guerra sin cuartel dentro de su propio territorio.
Y así es en efecto. Están librando una guerra contra los elementos más vulnerables de la sociedad estadounidense, contra las minorías negra e hispana que se ven arrinconadas en los barrios marginales carentes de buenos servicios de las grandes metrópolis, contra cualquier forma de resistencia social organizada, ya sea pacífica o no, y en definitiva contra todo aquello que resulte medianamente molesto para las élites neoliberales que rigen el país. Desde esta perspectiva cualquier persona perteneciente a un estrato social bajo, muy especialmente si es negra, latina o un inmigrante en situación irregular, resulta automáticamente sospechosa y hay que actuar en consecuencia. Potencialmente cualquiera de ellos puede ser un atracador, un asesino, un violador o un traficante; una amenaza en definitiva para los "ciudadanos honrados", generalmente de raza blanca. No es una exageración, las recientes declaraciones del energúmeno ultraderechista Donald Trump, que aspira a ser el candidato republicano a la Casa Blanca, reflejan la opinión que se ha extendido entre una parte de la sociedad estadounidense, sobre todo entre aquellos que se encuentran en la cúspide de la misma. Siguiendo esta lógica, y contando con un ejército de matones de gatillo fácil patrullando las calles, no es de extrañar que acciones tan irrelevantes como no poner un intermitente a la hora de cambiar de carril en la autopista, tirar una colilla al suelo o permanecer en la calle a altas horas de la noche, puedan costarte la vida dependiendo del color de tu piel. Son las consecuencias de esta política de "dispara primero, pregunta después" que, con toda seguridad, va a continuar dejando un reguero de víctimas inocentes por todo Estados Unidos.
Agencia Tigris
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