Educación libre, un modelo educativo en auge.

Cada vez más padres y madres, descontentos con los recortes en educación y la calidad de la enseñanza, apuestan por propuestas educativas libres y alternativas.


La crisis sistémica del 2008 se está aprovechando para desmantelar el Estado del Bienestar, cuyas coberturas sociales más destacadas son sin duda la educación y la sanidad. A día de hoy, en el Reino de España, y debido a los recortes presupuestarios en derechos sociales, la educación financiada con fondos públicos ha sufrido una notable precarización que muy probablemente seguirá agravándose en el corto- medio plazo.

Las medidas implementadas para rebajar costes en el sector educativo empeorarán sin duda la calidad de la enseñanza. En lugar de avanzar hacia el modelo marcado por países como Finlandia, ejemplo de buen hacer pedagógico a nivel mundial, las políticas educativas de ambos partidos mayoritarios están marcadas por la retirada de fondos. Hoy por hoy en España, y en otros países europeos como Italia, Irlanda o Grecia, no hay proyecto político para mejorar la educación, sino una necesidad urgente de reunir fondos para pagar la deuda externa. La política educativa consiste simplemente en "haz lo que puedas con el presupuesto que queda".


La despreocupación política por el bienestar psicológico y laboral del profesorado deja inevitablemente huella en la calidad de la enseñanza y en la formación de las futuras generaciones. Las reformas de la educación van en la dirección de masificar las aulas, aumentar las horas del profesorado y desmotivarlo adicionalmente con la pérdida de poder adquisitivo. Según diferentes estudios, las profesiones de profesor y de guardia civil eran, antes incluso de la crisis, las más afectadas por bajas laborales por estrés.

Otro aspecto en crisis de la educación convencional es el uso de libros de texto y el gasto recurrente que supone para las familias. Algunas iniciativas en centros públicos y privados comienzan a cuestionar su uso y apuestan por materiales basados en la curiosidad del alumno y en la selección a la vez creativa y profesional del profesorado. Por su parte, los padres y madres más sensibilizados rechazan no sólo el negocio editorial y la obsolescencia anual programada de los manuales, sino también la propuesta didáctica que normalmente implican, centrada en la clase magistral y en la sobrecarga de trabajo para el alumnado, que tras una jornada de ocho horas en el centro educativo debe continuar en casa con los deberes encomendados.

El enfoque neoliberal predominate y la desafección de los dirigentes por el interés general pone la renovación del sistema educativo en manos de la iniciativa privada, pero al mismo tiempo las autoridades educativas dificultan todas aquellas iniciativas que no cumplan un determinado perfil ideológico (1).

A pesar de ello, algunos pedagogos y asociaciones de padres, madres y educadores (2) se han embarcado en la transformación real del modelo educativo vigente, que parece abandonado a la inercia. Sabedores de las dificultades que conlleva, cada vez son más (3) los que deciden que sus hijos no pasen por la producción educativa en masa de la escuela reglada y homologada. El home schooling, las escuelas libres y comunitarias y otras propuestas pedagógicas despiertan una curiosidad creciente.

Los críticos sostienen que el planteamiento educativo de fondo en la educación convencional, pese a las diversas transformaciones legales, sigue siendo un modelo decimonónico, muy marcado por las exigencias del mercado laboral y la sociedad política. El perfil de ser humano que se trata de moldear, señalan algunos, es el de un trabajador con el mínimo de cualificación exigido por las empresas, dócil y acrítico social y políticamente.

En contra de estas aspiraciones, que dejan a un lado la formación integral de la persona, las nuevas propuestas educativas aspiran a desarrollar la creatividad, el pensamiento crítico, las habilidades sociales, la autocomprensión y el entendimiento social empático, además de las competencias lingüísticas, científicas y ciudadanas que acaparan la mayor parte de la oferta educativa tradicional.

Según estas propuestas, la educación debe aspirar a formar no sólo a los ciudadanos y los trabajadores del mañana, sino ante todo a las personas. Porque al fin y al cabo en una economía que arrincona el factor trabajo humano, con tasas de desempleo estructural cada vez más elevadas y con un sistema productivo que apuesta por la automatización, el escaso empleo restante en la sociedad del mañana requerirá un perfil principalmente humano, no sustituible por un programa informático o una función mecánica.

Ramón F.


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Notas

(1) Escuela alternativa en la clandestinidad. Levante.

(2) Otra escuela es posible

     Asociación Libre de Educación

     Coordinadora Catalana por la Educación en Familia

(3) Crece el número de escuelas libres en Catalunya. El Diario.es



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